Es Úbeda una ciudad que ha merecido los más variados calificativos: “Úbeda asombrosa”, “Úbeda, reina mora”, “Úbeda recatada”… Pero, sobre todo, Úbeda es una ciudad admirable, incapaz de dejar impasible al más frío y exigente de sus visitantes.
Es asombroso el conjunto de palacios que reflejan el poder y la riqueza de una burguesía y nobleza que no dudó en contar con los más afamados arquitectos para la construcción de sus residencias, muy al gusto de las nuevas tendencias que comenzaban a imperar en la Italia del siglo XVI.
En esta ciudad, bien acabada como pocas, la sorpresa está presente en cada esquina. Inesperadamente, al pasear por las múltiples calles de su centro histórico, puede aparecer una maravilla arquitectónica, el recuerdo de una leyenda o la sencilla magia de una fachada popular…